domingo, 1 de abril de 2012

Oliverio




Llorar a lágrima viva

Llorar a chorros.
Llorar la digestión.
Llorar el sueño.
Llorar ante las puertas y los puertos.
Llorar de amabilidad y de amarillo. 

Abrir las canillas,
las compuertas del llanto.
Empaparnos el alma,
la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos,
y salvarnos, a nado, de nuestro llanto. 

Asistir a los cursos de antropología, 
llorando.
Festejar los cumpleaños familiares,
llorando.
Atravesar el África,
llorando. 

Llorar como un cacuy,
como un cocodrilo...
si es verdad 
que los cacuyes y los cocodrilos
no dejan nunca de llorar. 


Llorarlo todo,
pero llorarlo bien.
Llorarlo con la nariz,
con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo,
por la boca. 

Llorar de amor,
de hastío,
de alegría.
Llorar de frac,
de flato, de flacura.
Llorar improvisando,
de memoria.
¡Llorar todo el insomnio y todo el día! 


Oliverio Girondo. 


4 comentarios:

  1. de lo más notable de Oliverio. Gracias por traerlo. Tendrá su por qué...

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  2. Estimado Rodka, (y me atrevo a usar esa palabra no por su belleza estética, sino también porque de cierto modo uno llega a estimar a las personitas que conoce mediante estos rincones virtuales)…¡cuánto hacía también que no me pasaba yo por tus letras!
    He vuelto, un poco esporádicamente, a este mundo de Blogs que tanto extrañaba, y al cuál tanto me costó volver, por tonta más que por falta de tiempo, porque viste como es esto de la escritura…o al menos a mí me pasa…que siempre siento que “no estoy a la altura”, -¡pero al diablo! –me dije. “Quiero volver y voy a volver, con lo que tenga, con lo que quiera”.
    Mi relación con la poesía nunca ha sido muy profunda. Pero cada vez que me preguntan por ella digo lo mismo: nunca me atrajo hasta que conocí a dos personas cuyas poesías me enloquecieron: Alejandra Pizarnik y Oliverio Girondo. ¡Y cuánto me ha gustado volver a esa “Llorar a lágrima viva” mediante tan bello video! Te doy las gracias por hacérmelo llegar, fue lindo verlo hoy, ahora, a solas, en este feriado con este frío que despierta la nostalgia y todasesascosasquevienenenrelaciónaella.-
    Esa frase de Sartre que me citaste, ¡cuántas veces me he roto la cabeza pensando en ella!, y te admito eh, que aún no me he sumergido en la filosofía sartreana (es que me quedé un poco atrapada en la literatura de su musa, Simone), pero ¡qué frase Rodka!, y sí, qué buen punto, pensar en la voluntad, en esa condición del ser humano que lo hace seguir adelante más allá de toda adversidad, en esa condición que tanto me gusta pensar que puedo explotar más allá de todas las trabas del entorno, esa voluntad que de cierto modo me motoriza y me hace reírme de cada maldita traba que día tras día se me imponga.
    La verdad es que el párrafo que me escribiste a continuación se explica por sí sólo y a su vez resume todo lo que quise expresar mediante ese texto en dónde comentaste. Tu frase “toda nuestra potencialidad y nuestros esfuerzos deben estar puestos en potenciar nuestra voluntad como instrumento para alcanzar la felicidad” define de cierto modo lo que hoy es, “mi filosofía de vida” (si es que se me permite emplear la palabra filosofía de un modo más bien vulgar). Y es agradable descubrir personas que van por la vida pensando de este modo, me es agradable porque me hace sentir acompañada, me hace sentir menos “loca” cada vez que me encuentro, llegados ciertos puntos del día, sumergida en pensamientos tan profundos como recurrentes acerca del sentido, de la felicidad, de la vida…pero son justamente esas “preguntas retóricas” las que van delimitando el camino que uno elige, las decisiones que uno toma, dentro de las posibilidades, para poder transitar su cotidianeidad, para luchar contra lo que han hecho de uno y transformarse hacia lo que uno proyecta ser, siempre fluyendo, siempre en movimiento…

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  3. Genial. Por algún motivo que desconozco, no soy de los poemas. Pero esto fue genial. El párrafo cinco fue un deleite. Llorarlo todo, pero llorarlo bien.
    Como dice Rochies por acá arriba, tendrá su por qué...

    Abrazo

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  4. Estas cosas siempre tienen un por qué…

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